Cuando el bebé puede ir a lugares diferentes y hacer cosas a su voluntad, le resulta cada vez más frustrante que los adultos se lo impidan, puediendo ser la causa más común del llanto. El bebé que gatea y explora debe ser controlado constantemente, por su propia seguridad. Apartarlo ocho veces en diez minutos de la puerta de la nevera quizá nos vuelva loca, pero a él también lo desesperará. Lo que quiere es abrir esa puerta, y aún le faltan muchos meses para comprender por qué no debe hacerlo o incluso para recordar que no se debe. Cuanto mayor se haga y más cosas descubra, más deseará explorar y hacer, y más se enfadará cuando se le impida hacerlas, porque se lo impides o por su propia torpeza.
Es importante detener al bebé e impedir que haga cosas que no sean seguras o que puedan ser destructivas. Así que es inevitable que se produzca algún que otro llanto de cólera y frustración. Pero un bebé que se siente obstaculizado en sus acciones por los adultos que lo limitan, o que sale continuamente derrotado por su propia inmadurez, no adelantará mucho en su desarrollo. Tiene que encontrar un cierto equilibrio entre demasiada frustración y muy poca. Si tú o su cuidadora tienen que frustrar al bebé porque lo que desea hacer es peligroso o le puede causar daño, utilice la gran facilidad con la que se le puede distraer. No hay necesidad de entablar una larga pelea con él por la puerta de la nevera. Sáquelo inmediatamente de la cocina y, tras una breve explosión de cólera, él se olvidará del asunto… por el momento. Esa noche, pon en la puerta un seguro a prueba de niños y cuando a él se le ocurra volver a abrirla al día siguiente, sólo se sentirá momentáneamente furioso al comprobar que no puede. Una vez que sepa que no puede hacerlo, dejará de intentarlo y dedicará su atención a otra cosa.
Cuando el bebé se frustre a sí mismo, te cabe a ti juzgar si puede aprender algo de la situación en que se ha metido. Si hace esfuerzos por abrir la tapa de la caja de juguetes y hay una buena posibilidad de que lo consiga, déjalo hacer. El éxito hará que haya valido la pena el esfuerzo. Pero si se da cuenta de que no lo conseguirá por sí solo, ayúdalo pronto antes que tarde. No ofenderá su dignidad al interferir. Para él todavía no es importante arreglárselas por sí solo. Lo único que quiere es abrir esa tapa, sin importarle cómo.
Cuando el bebé se frustre a sí mismo, te cabe a ti juzgar si puede aprender algo de la situación en que se ha metido. Si hace esfuerzos por abrir la tapa de la caja de juguetes y hay una buena posibilidad de que lo consiga, déjalo hacer. El éxito hará que haya valido la pena el esfuerzo. Pero si se da cuenta de que no lo conseguirá por sí solo, ayúdalo pronto antes que tarde. No ofenderá su dignidad al interferir. Para él todavía no es importante arreglárselas por sí solo. Lo único que quiere es abrir esa tapa, sin importarle cómo.

Aparte del dolor, la enfermedad, el cansancio, el hambre o la sed, su llanto es más probablemente una reacción ante la sensación de soledad, separación o temor, una señal para que usted haga algo en su nombre, o una explosión de frustración y cólera. Si logra descubrir cuál es la emoción que causa la mayoría de los llantos del bebé, quizá pueda ofrecerle lo que más necesita, ya se trate de una sensación de seguridad extra, de una respuesta más rápida o de una mayor libertad que lo transforme en un bebé más feliz y por tanto de trato más fácil.
Basado en: http://www.paraelbebe.net/el-bebe-de-6-a-12-meses-colera-y-frustracion/
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