¿Qué es?
El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) se define como la muerte de un niño que es inesperada por su historia y en la cual los estudios post-mortem (autopsia) no demuestran ninguna causa. En español se llama también Muerte en Cuna o Muerte Blanca.
La muerte súbita e inesperada de un bebé produce enorme dolor a los padres y sus familiares. Cuando un bebé fallece por una causa desconocida, como es el caso del SMSL, ese dolor se acompaña de la pregunta ¿por qué falleció mi hijo? A pesar de las investigaciones realizadas en los últimos 20 años, todavía no tenemos respuestas. En la actualidad podemos reducir los riesgos, pero desconocemos los mecanismos que llevan a la muerte.
Mientras que la mortalidad infantil ha disminuido sustancialmente en los países desarrollados, el SMSL ha aumentado en importancia. El desconsuelo es una respuesta normal ante una pérdida devastadora. Se produce un terrible impacto a nivel familiar. La pena y la congoja pueden mitigarse en parte con una adecuada ayuda familiar y comunitaria.
En los países desarrollados es la causa más frecuente de mortalidad infantil entre los 30 días y los 12 meses de edad. El SMSL es más común entre los 2 y 5 meses de edad. Alrededor del 80 % de las muertes ocurren entre el primer y sexto mes. Entre los 6 y 12 meses acaecen el 15 % de las muertes y después del primer año de vida del niño, tan solo el 5 % de ellas. En la década de los 80, la incidencia del SMSL era de 2 por cada 1.000 recién nacidos vivos. Alrededor del 60 % son varones y un 40 % mujeres. Cerca del 60 % de los niños fallecidos por el SMSL tienen con infecciones respiratorias banales. Éstas no justifican la causa de la muerte, después de un minucioso estudio post-mortem. El SMSL ocurre tanto en niños alimentados con leche materna exclusiva como en aquellos alimentados con biberón con leches de vaca modificada. La muerte ocurre en cualquier lugar donde duerma el niño: cuna, catre, silla para el automóvil, etc. El SMSL no es contagioso. No existen signos de alarma que puedan predecirlo
En los siglos séptimo y octavo antes de Cristo, los Asirios usaban una cabeza de bronce para resguardarse del dios Lamashtu, quién era conocido por sus "ataques" a los bebés. Se le acusaba de ser responsable de los abortos, de los recién nacidos muertos y de los niños "fallecidos en la cuna". Se piensa que una de las primeras publicaciones se remonta a los tiempos bíblicos: "...y una noche el hijo de esta mujer murió, porque ella se acostó sobre él": Reyes 3: 19, 22.
Para catalogar una muerte infantil de SMSL se debe realizar la autopsia y también revisar cuidadosamente la historia del niño. En algunos centros se investiga el escenario de la muerte. Cuando todas las causas de muerte infantil son eliminadas, entonces se realiza el diagnóstico del SMSL por exclusión (no hay otra razón que explique el fallecimiento).
El riesgo del SMSL aumenta considerablemente cuando el niño duerme boca abajo (en posición prona). Numerosos trabajos científicos demuestran que el riesgo de muerte aumenta hasta 14 veces cuando el bebé duerme boca abajo.
Los estudios demuestran que, después de las campañas para "reducir el riesgo" poniendo a dormir a los niños boca arriba, durante la década de los 90, la mortalidad por SMSL disminuyó inmediatamente alrededor de un 50%.
El mecanismo último de la causa del fallecimiento de éstos niños se desconoce. Se especula que algunos niños nacen con "riesgo". Si los mismos se encuentran en un "ambiente seguro", entonces los factores que disparan el inicio del mecanismo de la muerte en éstos niños vulnerables desaparece.
Los factores de riesgo sobre los que los padres pueden intervenir de manera preventiva, se exponen más adelante en los apartados de disminución de riesgos.
1. El bajo nivel socioeconómico es uno de los factores de riesgo más claramente establecido. El consumo materno de drogas y alcohol, el mayor número de partos y el menor intervalo entre gestaciones, se han asociado a un ligero mayor riesgo de SMSL, siendo estos hechos los que se acumulan en grupos de población desfavorecidos, en los que los cuidados deficientes y el maltrato pueden ser más frecuentes. En las sociedades occidentales, como la española, las madres con un primer hijo en la adolescencia y las madres sin pareja estable o solteras, también tienen mayor riesgo.
2. Los niños prematuros y de bajo peso para su edad gestacional al nacer, tienen mayor riesgo de padecer SMSL.
Los programas sociales generales, la eliminación de las bolsas de pobreza y marginación, la prevención de los embarazos en las adolescentes, la planificación familiar accesible para todas las mujeres y el correcto control de todos los embarazos y las acciones para prevenir y tratar las drogodependencias, son la mejor manera de disminuir la presencia de estos factores de riesgo.
Cuando un hermano ha fallecido por SMSL, el riesgo de recurrencia en hijos posteriores se ha estimado que es 5 veces (entre 2 y 10 veces) la incidencia en la población general. En caso de abuso, abandono, deprivación afectiva o pobreza, el riesgo de recurrencia es mayor. En los gemelos existe un riesgo de hasta el 4% en las primeras 24 horas después del fallecimiento del hermano. Pasado ese tiempo, el riesgo es igual que el de los hermanos en general.
No se ha comprobado que sean factores de riesgo:
- La composición de los colchones.
- El reflujo gastroesofágico, las alteraciones neurológicas, los tratamientos médicos ni la realización de analíticas.
- Los prematuros víctimas del SMSL no tienen más episodios de apnea ni peor control de la temperatura corporal que en el resto de los prematuros.
- La hipoxia (falta de oxígeno) intrauterina (antes de nacer).
- La alimentación ni los antecedentes obstétricos maternos.
- Enfermedades comunes como infecciones respiratorias, diarrea o vómitos en las dos semanas previas.
- Crecimiento lento después de nacer.
- Las vacunas rutinarias.
Existen tres recomendaciones fundamentales, basadas en investigaciones médicas:
1. Posición supina (boca arriba para dormir)
Los bebés sanos deben dormir en posición supina (boca arriba). No se recomienda forzar la postura en los niños que se dan la vuelta espontáneamente, una vez colocados boca arriba para dormir.
Sólo por una indicación médica específica (reflujo gastroesofágico grave, malformaciones craneofaciales que afectan a la vía aérea superior) puede recomendarse el decúbito prono (boca abajo). Los niños con reflujo gastroesofágico importante pueden dormir de costado, aunque ésta es una posición inestable y suelen acabar boca arriba.
Los niños sanos están protegidos de manera natural frente a la aspiración del vómito. Su vía aérea está a salvo mientras están boca arriba, y su riesgo de aspiración es mínimo debido que tienen reflejos de deglución (tragar), toser, vomitar y se despiertan en caso de atragantamiento.
No ha habido un incremento de niños fallecidos por aspiración de leche u otros alimentos desde que comenzaron las campañas de prevención.
La posición supina no incrementa los episodios de apnea (parada respiratoria) o cianosis (color azulado por falta de oxígeno).
Las hospitalizaciones debidas a Eventos de Amenaza Aparente a la Vida (ALTE), lo que antes se denominaba Síndrome de Muerte Súbita Frustra o frustrada, han disminuido considerablemente según información proveniente de Inglaterra y Noruega.
Es posible que algunos niños se despierten menos por la noche o duerman más en la posición boca arriba, o lo que es lo mismo, que duerman mejor boca abajo. Este parece un pequeño precio a pagar si reduce el riesgo de SMSL a menos de la mitad.
2. El niño debe estar en una atmósfera libre de tabaco, antes y después del nacimiento.
Si la madre fuma durante el embarazo y durante el primer año de vida del bebé, el riesgo del SMSL se multiplica por cuatro.
Si ambos padres fuman, el riesgo se incrementa casi por dos veces y media.
3. El bebé no debe quedar cubierto con ropa de cama mientras duerme.
Los estudios demuestran que entre 16 y 22 % de los niños fallecidos de SMSL tienen su cabeza cubierta por ropa de cama. Un estudio que ha involucrado a muchos bebés, realizado en Inglaterra después de la Campaña de Prevención, muestra, excluyendo los efectos del tabaco y la posición, que la cabeza cubierta por la ropa de cama era un hecho más de veinte veces más frecuente en los bebés fallecidos por el SMSL que en los bebes utilizados como controles.
Es conveniente que los pies del bebé contacten con el límite de la cuna, de ésta manera tendrá menos posibilidades de desplazarse por debajo de la ropa de cama.
1. Lactancia materna: todos aceptamos que la lactancia materna es el mejor alimento para los bebés. Sin embargo, la evidencia científica demuestra no tiene efecto o éste es muy leve sobre la incidencia del SMSL.
2. Inmunización con DPT (difteria, tétanos y tosferina): algunos estudios han demostrado una menor incidencia del SMSL entre los niños vacunados. Desde luego está demostrado que la vacuna no provoca ni aumenta el riesgo de SMSL
3. Chupete: hay investigaciones que sugieren que reduce la incidencia del SMSL.
4. Los colchones muy blandos o de lana, los almohadones y cojines, los colgantes al cuello son peligrosos, así como cualquier otro objeto que pueda provocar asfixia durante el sueño, como cintas o cordones en las inmediaciones de la cuna.
5. Compartir la cama: existe un riesgo aumentado si el niño comparte la cama para dormir con una madre fumadora. Sin embargo, en algunos países con baja incidencia del SMSL, se comparte la cama con alta frecuencia. En la actualidad se están realizando estudios para determinar este complejo hecho, a través de un Estudio Internacional sobre los Cuidados del Bebé.
6. Hipertermia/hipotermia: investigaciones actuales muestran que los niños que están sobrecalentados o fríos tiene mayor riesgo del SMSL. La posición prona (boca abajo) minimiza la pérdida de calor por lo que la temperatura puede aumentar en exceso. Debe mantenerse la habitación a una temperatura de 20 a 22º C y evitar el arropamiento excesivo, especialmente si el niño tiene fiebre.
7. Emanaciones de CO (monóxido de carbono): todos los años fallecen personas (a veces familias enteras) por emanaciones de monóxido de carbono procedentes de gas u otro combustible, debidas a instalaciones en mal estado, en locales mal ventilados o con salidas de gases inadecuadas.
8. Jarabes con antihistamínicos y otros sedantes: en general están contraindicados los sedantes en los bebés. Muchos jarabes para el catarro contienen antihistamínicos que pueden, incluso a dosis adecuadas, ejercer una acción sedante inconveniente.
Esta sección ha sido elaborada por Juan José Delgado. (pediatra de Atención Primaria) Servicio Gallego de Salud
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