Holanda es un país próspero, moderno y desarrollado que demuestra que un parto no hospitalario es posible. Entre un 30 y 40% de los partos tienen lugar en el propio hogar, se hace cesárea en un 8 a 10% y se usa epidural en un 8%. Las episiotomías no superan el 10%. Es uno de los países con menor tasa de mortalidad perinatal.
En Holanda la costumbre de la comadrona, partera o matrona asistiendo al parto en el hogar no se ha perdido, ni se ha sucumbido a la moda del parto hospitalario. Además, las comadronas se han esforzado en reivindicar sus derechos como profesionales, consiguiendo hoy en día, una estrecha colaboración con el profesional en ginecología.
La comadrona es la profesional que asiste al embarazo normal; acompaña a la embarazada en todo el proceso hasta el nacimiento de su bebé y la fase posterior al parto. El ginecólogo es el profesional del embarazo con complicaciones, como puede ser un embarazo múltiple o una mujer con un riesgo especial. Así, cada uno tiene su función.
Las matronas tienen sus propias consultas y se agrupan para ofrecer servicios las 24 horas. Cuando la mujer se pone de parto, llama a su comadrona quien acude a su casa provista de todo el material necesario para el parto. Si el parto no presenta complicaciones, el bebé nacerá en su casa.
Pasado el parto, madre y bebé serán asistidos por una doula, que cuidará de ellos hasta los siguientes 8 o 10 días.
De surgir algún problema durante el parto, la matrona se pondrá en contacto con el hospital para avisar de su llegada.
Todos estos gastos, incluidos los de la doula, son cubiertos por la Seguridad Social o seguros privados. No obstante, si la parturienta quiere irse al hospital sin que haya un motivo médico, ella misma tendrá que pagar los gastos. Numerosos estudios, llevados a cabo desde 1980 hasta ahora, han puesto de relieve que dar a luz en el hospital sin que haya una causa que lo justifique, conlleva más riesgos para las madres y sus bebés que dar a luz en casa.
Las comadronas saben como ningún otro profesional cómo animar a una parturienta en las fases difíciles del parto, conocen miles de trucos sencillos e inocuos para agilizar el proceso del nacimiento (a veces tan duro y costoso), y respetan los tiempos de la naturaleza con paciencia y profesionalidad. Han tenido una buena formación profesional y han asistido a partos en casa y en el hospital durante sus prácticas. Aquellas mujeres que han pasado esta experiencia, afirman que el dolor del parto ha sido muy llevadero y que no han echado en falta la epidural.
En Holanda reina la convicción de que la mujer está capacitada para dar a luz por sus propias fuerzas (y con ayuda de algún profesional). Además, se considera el embarazo y el parto como procesos sanos y no como enfermedad. La mujer no pierde autonomía sobre su cuerpo durante el parto, ya que confía en este proceso natural.
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