La hernia umbilical cuando una parte del contenido intestino se encuentra con alguna zona débil de la pared abdominal. A veces se manifiesta porque el ombligo está abultado. Otras veces es menor y sólo puede observarse cuando el bebé llora o tose. No suele necesitar tratamiento ni complicarse, y suele desaparecer cuando el bebé crece al reforzarse su musculatura abdominal.
La zona del ombligo, bastante amplia antes de nacer para que pasen las venas y arterias procedentes de la placenta, al cicatrizar los restos del cordón, se cierra. Pero, en ocasiones, queda un pequeño “ojal” por el que pueden introducirse asas intestinales. La hernia umbilical se produce por debilidad de la pared abdominal, porque los intestinos se interponen e impiden el cierre normal.
¿Cómo lo notamos? Se notará el ombligo abultado. Puede alcanzar diferente tamaño. A veces muy pequeño, y sólo evidente cuando el bebé llora o tose. Otras veces está siempre fuera y puede ser como una naranja. La hernia umbilical no duele.
¿Qué debemos hacer? Muchas de las hernias umbilicales que se detectan en los primeros meses de vida desaparecen por sí solas al cabo de unos meses. Conviene que siempre consultes con el pediatra.
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